Carrera: Challenge Vitoria
Tipo: Triatlón distancia Ironman
Lugar: Vitoria
Distancia: 3800m nado, 180kms bici, 42kms carrera
Tiempos: DNF
Agua: 1h 21 min
T1: 8 min
Bici: 6h 38min
T2: 5min
Carrera:
Fecha: 28 de Julio de 2013 a las 8h
Puesto: DNF
Tracks:
Agua: Natación
Bici: Bicicleta
Carrera: Maraton
Comentarios:
Bueno, finalmente no pudo ser… me he quedado a 9kms de ser
finisher en un Ironman, pero como la experiencia merece la pena, y de los
fracasos se aprende igual o más que de las victorias, creo que merece la pena
la crónica.
La semana anterior al Challenge fue bastante dura, por la
situación en el curro, y por los nervios de la proximidad del Ironman. En todo
el año no había tenido tantos achaques, algunos seguro que de cabeza y otros
puramente físicos pero provocados seguramente por los nervios.
El domingo anterior, después de la última salida larga en
bici de 105kms a casi 30kms/h, ajusté la potencia de la bici que llevaba algo
suelta y me cargué uno de los tornillos, quedándose dentro la mitad del
tornillo… menos mal que fue una semana antes y pude llevarla al taller donde
sacaron el tornillo roto y me pusieron uno nuevo.
El martes me dio un fuerte dolor en el pecho, una especie de
tirón interno, que hacía que me doliese bastante al respirar y hasta al girarme…
el dolor me duró hasta el mismo sábado antes del Challenge, aunque por suerte
fue remitiendo poco a poco y el domingo por la mañana ya no me dolió.
Luego tuve diversos dolores en la rodilla, pero supongo que
éstos si que fueron más paranoia que otra cosa…
Por fin llegó el viernes, cargamos la bici en el coche junto
con las maletas para el fin de semana y la mochila de triatlón con todos los
trastos y nos fuimos con los peques directos a Vitoria. Tras el atascazo del
siglo, llegamos a eso de las 21h al apartamento que alquilamos, dejamos las
cosas y nos bajamos a cenar a una de las muchas tabernas que hay en Vitoria.
El sábado fuimos a la zona de meta, en Plaza España, donde
había que hacer el registro y recoger los dorsales. De regalo daban una mochila
Challenge. A las 10:30h fui yo solo a la reunión técnica mientras Magdalena se
daba un paseo con los peques. Siempre está bien ir a la reunión técnica, aunque
ya me sabía de memoria todos los detalles siempre te aclaran muchas dudas.
Para comer nos fuimos a un italiano a cargar de hidratos y
por la tarde primero me acerqué a la T2 que estaba en zona de meta, para dejar
la bolsa con las cosas de la carrera y luego nos fuimos todos en el coche hasta
Landa, al pantano donde se nadaba y estaba la T1 a dejar la bici, pasar el
control de material y desinfectar el neopreno para evitar el contaminar el lago
con el mejillón tigre, una especie que se come a la autóctona.
Cenamos en una taberna de pinchos de nuevo, y a las 22h me
metí en la cama para intentar descansar, aunque con los nervios me desperté
varias veces por la noche, y al final me levanté a las 5h sin que llegase a
sonar el despertador.
Desayuné fuerte, un huevo cocido, plátano, bizcochos, café
con leche, cogí las cosas y me fui andando yo solo hasta el hotel oficial más
cercano desde donde salían los autobuses de la organización a las 6h hacia la
salida. Era curioso ir preparado para hacer un Ironman caminando por las calles
llenas de gente en los bares, de juerga…
Una vez en la salida, me sobró un montón de tiempo, llegamos
a las 6:30h, y hasta las 8:10h no era mi salida, y como yo lo tenía todo listo
del día anterior estuve paseando por allí haciendo tiempo, hasta que me puse el
neopreno, cogí las gafas zoogs predator polarizadas que me había dejado Jesús y
el gorro de natación que te da la organización. El agua estaba a 22 grados,
justo en el límite para permitir el neopreno.
Justo después de dejar la mochila en el ropero a falta de 5
minutos de la cámara de llamadas, de repente me di cuenta que las gafas de
nadar que llevaba en las manos ya no las tenía!!!! Con los nervios se me
debieron de caer en el camino del ropero a la T1… así que corriendo de vuelta
al ropero buscando por el suelo a ver si las veía, que no las vi, y al final
pude coger mi mochila y coger otras gafas que tenía por si acaso… menos mal,
nadar 3800m sin gafas no me hubiese hecho ninguna gracia.
La cámara de llamadas era cada uno delante de su bici, y por
grupos nos iban llamando para ir a la salida. Con la música de Challenge a todo
volumen, el momento es de lo más emocionante… me impresionó ver a un triatleta,
el doble que yo de grande, llorando de emoción…
Primero salieron los élite masculinos, luego élite femenina
y luego mi grupo de edad… yo no quería jaleos, así que salí atrás y abierto a
la derecha. Había que nadar 1400m para luego torcer 90 grados, otros 700m, giro
y 300m, giro y 300m y acabar con 1100m hasta T1. Es decir, un circuito en forma
de “L”. El entorno de la natación alucinante, un pantano precioso.
Nada más empezar se me metió agua en las gafas, pero me las
volví a colocar y no me volvieron a dar problemas. Nadé con el garmin 310xt en
el gorro para que cogiese bien la señal y en la muñeca llevaba un cronómetro
por ir entreteniéndome viendo el tiempo que llevaba.
Era la primera vez que hacía 3800m seguidos y encima en
aguas abiertas, y la verdad es que acabé muy contento, sin dolores, sin
tirones, y acabando fuerte. Me salieron 4100m de gps, supongo que por las
desviaciones sobre la línea recta, y un total de 1h 21min, es decir, a un ritmo
de 2min/100m, justo cumpliendo mis mejores previsiones J
La T1 me la tomé con calma, cogí la bolsa de la bici y me
fui a la carpa para cambiarme, aunque para mi sorpresa, la carpa estaba
totalmente abierta, así que me tocó despelotarme delante de todo el público. La
toalla se me había olvidado en la bolsa que dejé en el ropero así que no me
pude secar, con lo que me costó meterme el maillot. Cuando lo conseguí, y me
fui a poner el culotte, me di cuenta que como el culotte llevaba tirantes, no
me tenía que haber puesto antes el maillot, pero con lo que me había costado,
dejé los tirantes colgando, aunque con miedo de que el culotte me rozase. Tardé
unos 8 minutos en la transición, algo también dentro de lo previsto con el
cambio total de ropa y sin estresarme.
El recorrido de bici eran 2 vueltas completas a un circuito
alrededor del pantano y de los pueblos de la “llanura” alavesa y una tercera
vuelta acabando en Vitoria. El recorrido también es espectacular, superbonito. Lo
de llanura lo he puesto entre comillas porque aunque es cierto que no hay
ningún puerto, el recorrido está lleno de toboganes con un sube-baja constante.
Hay un repecho un poco más fuerte llegando a la presa del pantano, por donde se
pasaba dos veces.
En este segmento lo peor fue el viento, que además fue
aumentando con el día, de forma que ya en la segunda vuelta, del kilómetro 90
al 115 soplaba en contra y lo hacía muy duro. Igualmente en la tercera vuelta,
del km 150 hasta el 170…
Fui comiendo y bebiendo toda la bici, barritas, geles y las
dos medias lunas con jamón york y queso que llevaba preparadas. Hacia el
kilómetro 150 se me cerró un poco el estómago, pero dejé de comer durante un
rato, y antes de acabar me volví a tomar una barrita que me sentó bien.
Magdalena y los peques se pegaron la paliza de ir al
circuito de bici y pude saludarlos en el kilómetro 120 más o menos. Luego se
movieron a otro punto de la bici pero ahí había pasado yo justo, así que se
fueron de vuelta a Vitoria a verme en la carrera.
Al final me salieron 182kms según el gps, hasta la T2, donde
dejabas la bici a un voluntario, y esta vez si, entrabas en una carpa cerrada,
donde me volví a cambiar entero, poniéndome las mallas de correr y el top del
amigo Ramón y su proyecto IM4EM (Ironman para la Esclerosis Múltiple)
Este proyecto y Ramón en sí mismo, son dignos de admiración.
Este tío, con EM, se está preparando el Challenge de Calella distancia Ironman,
con su proyecto solidario para animar a todos los afectados de EM a afrontar la
enfermedad y la vida como lo hace él, con mucho valor, mucha fuerza, y por si
fuera poco, siempre con una sonrisa en la boca.
Empecé la maratón con la incógnita de si tendría piernas
para hacerla, y la verdad es que me encontré muy bien corriendo. Tanto que
tenía que ir controlando el ritmo en el gps para no pasarme. Iba andando solo
en los avituallamientos para beber agua, coca cola, y tomar algo de melón. Los
geles nada más verlos se me cerraba el estómago, y sinceramente creo que aquí
estuvo mi gran error y lo que me privó de la medalla de finisher.
El circuito de la carrera eran 4 vueltas de 10,5 kms por
Vitoria, una vez más en un recorrido espectacular, pasando cada vuelta por la
Plaza España, al lado de la meta, y con un público alucinante, animándote por
tu nombre a cada paso (llevas escrito tu nombre en el dorsal) y dándote
fuerzas. El paso por Plaza España es especialmente espectacular, con la gente
volcándose, gritándote, golpeando las vallas… realmente impresionante!!!
Además estaban también Magdalena y los peques que según salí
a correr no pude verles, pero al acabar la primera vuelta si que les vi
animándome a tope.
Hice los primeros 21kms en 2 horas, justo cumpliendo mis
previsiones más optimistas y sintiéndome muy bien. Lo malo comenzó a partir del
km 25… me empecé a “vaciar” hasta el punto que no pude seguir corriendo y me
tuve que echar a andar. No porque
tuviese calambres, o las piernas me doliesen, simplemente no tenía fuelle. El
estómago también se me cerraba cada vez más y me resultaba difícil hasta tomar
la coca cola en los avituallamientos.
Conseguí completar la tercera vuelta andando y llegué a zona
de meta donde vi a Magdalena y los peques que estaban allí animándome. Le dije
que estaba mal y que iba andando, aunque el paso Plaza España con los ánimos,
lo hice corriendo.
Comencé la cuarta y última vuelta, andando y pensando en que
los 10kms que me quedaban, a un ritmo de 9min/kms andando, tardaría hora y
media. Me daba tiempo de sobra para entrar dentro de los tiempos de corte. Es
gracioso porque en ese momento pensaba que lo malo es que haría esperar a
Magdalena y los peques para cenar…
Pero el bajón fue a más, y en el km 33 me encontré un puesto
con dos sanitarios que me preguntaron si estaba bien, y ante la sensación de
angustia en el estómago, y la cabeza que ya se me iba, pensé que así no podía
seguir durante más de una hora, así que me dirigí a los sanitarios y les dije
que me retiraba.
Después de 12 horas de carrera, 4kms en el agua, 182 kms en
la bici y 33 kms corriendo, a falta de solo 9 kms de llegar a meta y cumplir
con el objetivo de meses de entrenamiento, me retiré.
Según escribo esto, todavía recuerdo las sensaciones de mi
cuerpo en el momento de retirarme, y estoy convencido de que hice bien. Si
hubiese seguido en ese momento, igualmente no habría acabado y me podría haber
hecho daño. Pero estoy seguro que en una semana se me habrán olvidado esas
sensaciones que me gritaba mi propio cuerpo y que me comeré la cabeza (más aún)
pensando en que solo con andar un rato más habría sido ironman finisher.
En el puesto de los sanitarios me dio una arcada, aunque no
vomité, y me empecé a marear, con lo cual llamaron a una ambulancia que me
trasladó al puesto médico de meta, donde me pusieron una vía con suero y
glucosa que me dejó como nuevo.
Conseguí avisar a Magdalena con el teléfono de la novia de
otro triatleta que estaba en la camilla de al lado, y se vino con los peques.
En media hora estaba recuperado y pude ir a por las cosas y la bici.
Le he dado muchas vueltas a qué hice mal, o qué falló para
que no pudiese acabar. Es curioso, porque esa misma noche estaba bien, pero es
que al día siguiente sólo tenía algo cargadas las piernas, sin agujetas, y
podía subir y bajar escaleras perfectamente, llevar maletas, lo que fuese. No
he tenido dolores ni musculares ni de articulaciones…
Es decir, sinceramente pienso que físicamente iba bien
preparado para acabar. Lo que me falló fue la alimentación en la maratón. Creo
que mi gran fallo fue no tomarme ningún gel en la carrera que me mantuviese los
niveles de glúcidos suficientes para acabar. En ese momento no fui capaz de
tomarme ni un gel. De hecho en el primer avituallamiento cogí uno, me lo
guardé, y acabé tirándolo 10kms más adelante porque pensaba que me iba a sentar
mal al estómago, pero creo que me tenía que haber arriesgado y tomarme el gel,
aunque fuese poco a poco…
En fin, otra vez será… o no… quién sabe.
Lo que si agradecí en todo momento fueron el apoyo y los ánimos
de Magdalena, que me aguantó estoicamente durante el viernes y el sábado con
toda mi tensión y el mal humor que se me ponía por los nervios. Y que durante
todo el domingo se pegó la paliza de ir con los peques de un lado a otro para
animarme… y después de la carrera recogió los pedacitos de mi orgullo para
ayudar a reconstruirlo.
También agradecí un montón el apoyo de todos los amigos que
sabían dónde estaba metido, en especial de la grupeta Alameda, que me hicieron
seguimiento y dieron apoyo en todo momento…